martes, 31 de agosto de 2010

columnistas de la provincia

Reflexiones, por María Herminia Grande






Los por qué de Kirchner



En Argentina la tercera parte de los niños menores de dos años tiene anemia. Si bien las diferencias entre niveles sociales no están marcadas, ciertamente dos terceras partes se encuentran en la pobreza, y una tercera parte en niños no pobres, esto tiene que ver con hábitos de alimentación y en la capacidad de absorción del hierro. ¿Qué es lo preocupante de la anemia? La anemia representa no menos de 13 puntos de pérdida irreparable del coeficiente intelectual. Esta es una barrera para la educación, para el progreso del país.

Un 10% de la población argentina sufre de retraso crónico de crecimiento. Cuando un niño vive en la pobreza y un día está enfermo, y otro día no tiene un nutriente crítico como el cinc; u otro día no tiene otro nutriente como proteína de alta calidad: pierde oportunidad de crecer. ¿Cuál es el resultado final? Al terminar su crecimiento ese niño tiene 3 ó 4 cms. menos de altura, de la que debería haber tenido en circunstancias normales. Ese retraso crónico de talla le condiciona su fuerza, su competitividad escolar, tiene menos capacidad deportiva… en definitiva la pérdida de potencialidad de todo aquello que habría podido ser, de criarse en condiciones adecuadas.

Esta descripción aportada por el Dr. Esteban Carmuega, grafica el verdadero problema de la Argentina de hoy en relación con la Argentina de mañana. Si nos demoramos unos minutos y releemos este encabezamiento, nos resultará más fácil entender tantos por qué de este hoy. Así como también dimensionar lo alejado que están los dirigentes políticos de la política que Argentina necesita y merece.

El empobrecimiento y/o mediocridad con la que se visten las expresiones políticas de oficialismo y opositores, obstruye el camino que conduce al optimismo. No obstante y dado que la realidad indica el temario a transitar, es importante tratar de entender por qué el gobierno kirchnerista embiste sistemáticamente contra Clarín. Kirchner entendió que “poner de espaldas” a Clarín significaba lisa y llanamente, reelegirse. Para llegar a esta conclusión, analizó qué tenía a su alrededor. La mirada le devolvió demasiadas debilidades. Varios nombres que dada la destrucción sistemática de los partidos políticos, necesitaban del instrumento mediático. Conocedor de la importancia de los medios, Kirchner, como dice Pino Solanas, “tiene el segundo grupo mediático de la Argentina y va por más”. El espejo de aquel 28 de junio de 2009 también le advirtió sobre sus errores y debilidades. Fiel a su política de redoblar la apuesta y duplicar el negocio, alejado de todo manual de la política seria, imaginó la necesidad de llegar al 2011 con enemigos (todo aquel que no está conmigo) “abollados”. Si Clarín, La Nación, Perfil quedaban expuestos ante la opinión pública heridos de poder, porque Kirchner lograba mellar su credibilidad, ¿quién podría atreverse a disputarle poder? ¿Duhalde? ¿Alfonsín? ¿Reutemann? ¿Macri? ¿Solá? ¿Carrió? ¿Cobos?

En la estrategia fijada hacia el mismo objetivo, como en el juego de la oca, avanzó casilleros con la ley de medios, retrocedió con fibertel… El esquema debía emparentar a su enemigo con las horas negras más terribles de Argentina: muerte, tortura, apropiación de niños. Así fue como la Presidente avanzó como querellante sobre la Sra. de Noble y sus hijos adoptivos. Como los resultados no aparecen de acuerdo a lo que se quiere demostrar, se echó mano a Papel Prensa, que al decir del Canciller Timmerman “fue adquirida en la mesa de tortura”. Al presentar esta semana este tema, la Presidente aludió con naturalidad, familiaridad y hasta con un dejo de admiración, a la palabra testaferro. Por otro lado eludió remitir al origen del interés que para los golpistas del ´76, tuvo Papel Prensa: los U$S 17 millones que un oscuro banquero llamado David Graiver, puso allí. La familia Graiver pasó por lo terrible de la mesa de tortura no por su compromiso ideológico sino por la necesidad que aquel generalato, tenía de encontrar los millones que Born había pagado por su secuestro a Montoneros. Y así, fantasear con solventar un proyecto político que conduzca a alguno de ellos, al sillón de Rivadavia, con algún simulacro de democracia que supieran conseguir.

Seguramente con el correr de las horas, va a dilucidarse también el verdadero interés de los Kirchner en cuanto al tema de los derechos humanos. Todo indica que a ellos tampoco le interesa el compromiso ideológico, sino asegurar el negocio que les permita seguir en el 2011 debilitando la democracia y las instituciones. De esta manera el gran problema de Argentina expuesto por el Dr. Carmuega, con la crudeza que la realidad tiene, no sólo no tendrá vías de resolución sino que se irá agravando. La Argentina del tricentenario nace anémica.

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