sábado, 25 de septiembre de 2010

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De Narváez: "El kirchnerismo ya es asunto terminado"
Francisco De Narváez recorre el país con dos certezas en su cabeza: que el kirchnerismo en un caso terminado y que el electorado argentino es conservador, tirado a la centroderecha, con lo cual le otorga al Peronismo Federal la máxima expresión de esa tendencia social. No obstante, dice que sólo con el PJ disidente no alcanza para derrotar al oficialismo en las urnas, y asegura que se deben abrir las puertas para que se incorporen a la mesa de decisión dirigentes de otras fuerzas que puedan aportar lo suyo para una construcción política mayor. “Lo que se viene es un gobierno de unidad nacional”, sostiene el diputado en una entrevista con La Capital.
—Usted dice recurrentemente que el kirchnerismo es un ciclo agotado. ¿En qué argumento se basa para sostenerlo?
—En el cansancio de la gente; lo percibo en la calle. Los argentinos somos personas pacíficas, pero también comprometidas con el futuro. La Argentina se formó en una tierra de soñadores y de progreso, y ese progreso no está al alcance de todos sino de unos pocos. El kirchnerismo, después de ocho años de una bonanza económica, no lo pudo hacer porque no lo sabe hacer.
—¿No cree que los indicadores económicos y cierto repunte en la imagen se reflejen a favor del gobierno en los comicios de 2011?
—Pienso que ha sido bueno que hayan recuperado un poco, porque estábamos en una condición de extremo peligro: un gobierno en caída libre. Ahora se ha estabilizado en porcentajes muy minoritarios. Yo creo que el kirchnerismo está terminado. Lo sentí en el 2008, cuando caminaba la provincia de Buenos Aires, y ahora siento lo mismo. La gente no quiere más kirchnerismo y tiene ansiedad en saber qué es lo que vendrá. Y es ahí donde la construcción política tiene que dar testimonio de querer construir algo sólido, concreto, y esto es lo que va a suceder en los próximos meses.
—¿Cuál es la construcción política que usted desea?
—Dentro del peronismo, con las puertas abiertas y sentándonos en una mesa redonda con hombres y mujeres de otras expresiones políticas que tengan esta misma vocación. Creo que es el momento de construir consensos. Yo voy a actuar dentro del justicialismo, pero no estoy para nada cerrado a tener conversaciones con otras fuerzas políticas.
—¿No está ceñido únicamente al Peronismo Federal?
—De mi parte, no. Creo que es un error que el Peronismo Federal diga “somos nosotros”. No es así. Ninguna fuerza política hoy puede atribuirse esa posición.
—¿Es por eso que usted evita salir en las fotos de ese espacio?
—No es tan así. Las convocatorias han sido de los cuatro presidenciables (Solá, Rodríguez Saá, Das Neves y Duhalde). Yo tengo una vocación de toda la vida de ser abierto y hablar con todos. No podemos seguir pensando que yo soy el que tengo la razón y los demás están equivocados.
—¿Puede haber algún candidato más a los cuatro ya expuestos?
—No tengo dudas. Por eso digo: “Muchachos, no cierren la mesa”. Hay gobernadores que terminan su mandato, otros que tienen vocación de participar y todavía no lo han decidido. Cerrar es una política mucho más cercana al kirchnerismo de lo que yo creo que tenemos que hacer.
—¿Reutemann se autoexcluye o lo excluyen?
—Lole tiene una posición prudente, como es él. Es un hombre de pocas palabras, que dice mucho con sus actitudes. Está en el Peronismo Federal, pero lo siento siempre con una vocación de ser parte de una construcción más amplia. Eso es lo que valoro en él: no reclama protagonismo, actúa en un silencio que dice mucho.
—Usted ya derrotó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. ¿Qué le falta para hacerlo de nuevo?
—La búsqueda de la unidad y del consenso, no sólo del peronismo. Honestamente, creo que el kirchnerismo está derrotado por la gente. Ahora eso hay que canalizarlo hacia una fuerza política. Lo hicimos el año pasado con Felipe y con Macri, y estoy convencido de que lo vamos a volver a hacer.
—Siempre se lo escucha hablar bien de Cobos. ¿Puede haber allí un acuerdo político?
—Con el vicepresidente converso, tengo muchas coincidencias. El conoce el país, ha sido gobernador, y tiene una concepción del trato de la política que comparto. Siempre hay que tratar que las diferencias, si son menores, queden a un costado y construir. Creo que esa dinámica es la que nos tiene que encontrar. Hoy por hoy, Cobos se expresa en el radicalismo y yo en el Peronismo Federal. Pero va a llegar un momento en que el deseo y el mandato de la gente nos va a decir que nos unamos para darle una alternativa de gobierno.
—Usted dice que el próximo gobierno es de unidad nacional. ¿No es un poco voluntarista esa afirmación?
—No, no. Creo que viene un momento en la Argentina en donde todos nos tenemos que poner del mismo lado. Hay un enemigo, que es el narcotraficante, el delincuente. Hay un gran desafío que es la escuela, la salud, la vereda, el agua potable, el modelo productivo, que es volver al mundo. Y nadie puede decir “soy yo y todos los demás miran”. Hay que buscar consensos. Esto es lo que viene entre el 2011 y 2015.
—¿Una fórmula Alfonsín-Binner le restaría chances al Peronismo Federal?
—No creo, porque esencialmente la Argentina tiene una fisonomía de un electorado más conservador, de centroderecha, y eso lo expresa el peronismo. Pero el PJ con otras fuerzas políticas.
—¿Va a votar el proyecto para que las empresas grandes repartan ganancias con sus empleados?
—Hay que dar el debate, es un derecho constitucional. Lo que digo es que, en el marco de una reforma tributaria, de una reforma de legislación laboral, de una planificación de largo plazo para que el inversor, sea un pequeño panadero o una gran multinacional, encuentre previsibilidad, plantear una distribución de utilidades es una necesidad. Ahora, de buenas a primera, en un contexto de desconfianza, con una inflación del 30 por ciento, sin inversión y un país descolgado del mundo, plantearlo me parece que es una invitación a no hacer lo que se tiene que hacer.
—¿Qué medidas que tomó el gobierno sostendría?
—La asignación universal a la niñez me parece que es la política de Estado más importante de los últimos años, pero hay que ampliarla, que no sea un decreto, porque el hecho de que sea por ley tendría una actualización automática.
—¿Es lo único que rescata?
—No, creo que la conformación de la Corte Suprema fue un paso adelante. Lo mismo opino de la política de desendeudamiento. Ha habido aciertos, pero en un contexto tan favorable se perdieron oportunidades. Por eso digo que la Argentina crece a pesar de los Kirchner.
—Casi todo el gobierno de los Kirchner estuvo atravesado por la discusión de los 70. ¿Cree que un nuevo gobierno va a sostener este debate?
—Los crímenes de lesa humanidad no deben prescribir y la Justicia tiene que actuar con dinámica y seriedad. Pero creo que, tomada la decisión de judicializar esas atrocidades, hay que hacer un corte y mirar para adelante. Muchos países han pasado por genocidios y lo van resolviendo sin echarse alcohol en las heridas todas las mañanas. Es en el ámbito de la Justicia donde todo se va a resolver. l

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