domingo, 28 de noviembre de 2010

UN MES DE LA MUERTE DE KIRCHNER, LA OPINION PUBLICA FRENTE AL GOBIERNO

La imagen y sus razones

La mejora de imagen es notable y se extiende tanto al ex presidente como a la Presidenta, que ganaría en primera vuelta. La oposición aparece más desdibujada que nunca. El efecto solidaridad y la sensación de que Cristina Kirchner está al mando.
 Por Raúl Kollmann
El diagnóstico de los consultores-encuestadores es unánime. Todos ellos perciben que en el mes transcurrido desde la muerte de Néstor Kirchner, el oficialismo mejoró notablemente en casi todos sus parámetros de opinión pública. La imagen del propio Néstor es más alta, lo mismo sucede con la Presidenta. La intención de voto de Cristina Kirchner trepó y la mayoría considera que ganaría en primera vuelta o se impondría en todos los escenarios de ballottage. Además, la oposición aparece cada vez más atomizada, diluida y con menores apoyos.
Los consultores que trabajan para el oficialismo y para la oposición creen que esto se debe a tres factores. En primer lugar, que hay una revalorización de Néstor Kirchner. En segundo lugar, que la Presidenta cosechó cierta solidaridad en el dolor y se mostró gobernando. Por último, también está el factor de que el oficialismo mejora porque la oposición quedó desacomodada.
Las discrepancias empiezan al hablar del futuro. Para algunos de los que trabajan para la oposición, el Gobierno vive un estado de gracia, frecuente cuando muere un líder pero pasajero. Para otros, el panorama económico positivo que se anticipa para 2011 asegura que los buenos índices llegaron para quedarse. Y están los que creen que Cristina Fernández de Kirchner exhibió algunos cambios en el estilo de gobierno y que de ellos depende que el buen momento se prolongue.

Nueva oportunidad

“Los primeros datos indican que se produjo una fuerte revalorización de la figura de Néstor Kirchner como de la gestión de Cristina”, analiza Hugo Haime, titular de Haime y Asociados. “Es como si la población estuviera diciendo ‘estamos dispuestos a comenzar de nuevo, estamos dispuestos a dar una nueva oportunidad al Gobierno’. Es como estar situados temporalmente en noviembre 2007, con el mandato de Cristina por empezar, y no en noviembre de 2010. Al mismo tiempo, se verifica la falta de alternativa opositora. Los que más están sufriendo son los candidatos del Peronismo Federal, Elisa Carrió y Julio Cobos. A futuro, habrá que esperar. Si bien el clima general cambió abruptamente, todo dependerá de la acción del Gobierno. Hasta dos meses atrás, sus índices de popularidad dependían de su propia dinámica: crecía cuando acertaba y caía cuando generaba polarizaciones y peleas políticas innecesarias a la vista de la población. Por eso, a futuro, gran parte de la dinámica parece depender de las decisiones gubernamentales. Hasta hace poco, las tendencias al cambio eran muy fuertes. Hoy, el clima social es otro. Ha disminuido la bronca y crecido la esperanza. Habrá que esperar los próximos meses para terminar de hacer un diagnóstico definitivo.”
Sergio Berenztein, de Poliarquía, sostiene que los datos actuales pueden ser transitorios. “No tenemos suficientes mediciones como para evaluar una tendencia. Hay una ola de empatía y solidaridad con la Presidenta por la pérdida de su marido. Pero no se trata necesariamente de un apoyo político, sino respeto y acompañamiento solidario. De todas formas, la experiencia histórica comparada sugiere que luego de la muerte de líderes políticos se generan en el corto/mediano plazo dos fenómenos: la sociedad tiende a enfatizar los aspectos más positivos de esos liderazgos; y en el caso de que familiares cercanos se dediquen también a la política, suelen experimentar un incremento de su popularidad. Eso ocurrió en el caso de Alfonsín. Pero se trata de ciclos de simpatía o apoyo de duración limitada. Es decir, son fenómenos transitorios.”

Empezar de nuevo

“¿Qué cambios hubo en este mes? –se pregunta Analía Del Franco, de Analogías–. Depende para quién. Para la sociedad, cierta satisfacción de percibir una gestión que se sostiene y se refuerza. La desaparición de quien se presentaba como el principal respaldo presidencial, a diferencia de lo que se suponía, no implicó caos ni debilidad. Para la oposición implica recomponer el armado de su mensaje-propuesta, ya que se alteró el perfil de su adversario principal. Para el oficialismo, la oportunidad de comenzar un nuevo período plebiscitado exitosamente, con las muestras de dolor del 27 de octubre y con el favorable recuerdo (hoy Néstor tiene un 68 por ciento de aprobación) del líder del kirchnerismo en el imaginario popular. Para todos, es un nuevo escenario político y social, es un cambio, un ‘pasaje’ que transcurre en el marco de un aceptable clima social sin temores ni incertidumbre.”
Para Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), “en la opinión pública persiste un clima de optimismo. No es un optimismo delirante, se basa en la situación económica y en el hecho de que buena parte de la población considera que su situación personal está bien. Hay una imagen de estabilidad al futuro que se basa en dos cosas: la economía y que la Presidenta gobierna. No se percibe patetismo, sino agenda, actividad, iniciativa. A esto debe agregarse que la oposición se ha ido descomponiendo. Ya no se ve un veto opositor fuerte, poderoso, como el que había antes. El grupo A tiene dificultades, hubo pasos al costado importantes en el Peronismo Federal, Elisa Carrió se desmarcó y se piensa que Mauricio Macri no va a jugar un papel importante, salvo en la ciudad de Buenos Aires. A diferencia de mis colegas, yo no percibo un salto importante en la intención de voto de Cristina. Sigue en el 36 por ciento, pero veo que se amplió la diferencia con cualquier opositor. Los duplica o aún más que eso. Esa sensación hace que esté instalada la idea de que Cristina gana en primera vuelta. Y la realidad es que si las elecciones fueran mañana, eso sería así. Está claro, por otra parte, que la Presidenta gana en cualquier escenario de ballottage. Subió un poco Ricardo Alfonsín, Julio Cobos se diluye y los demás están muy lejos. La inflación aparece como una preocupación, pero más que en términos económicos, en términos de posibles conflictos, peleas gremiales o huelgas. Tiene más que ver con la paz social que con la economía”.

No hay milagros

“Desde la muerte de Néstor Kirchner hubo cambios en la opinión pública, pero no fueron producto de ningún milagro –sostiene Roberto Bacman, titular del Centro de Opinión Pública (CEOP)–. En primer lugar se puede mencionar el crecimiento de la imagen positiva de Cristina Fernández: 55 por ciento en la primera semana de octubre, 66 a mediados de noviembre. Cuando se observa cuáles son los segmentos de la sociedad que en mayor medida impulsan el crecimiento de la imagen de la Presidenta, salta a la vista una nueva evidencia empírica de los cambios producidos en las actitudes de los argentinos: las mujeres, los más jóvenes (algo que se pudo ver en los días del velatorio), los estratos sociales bajos y los residentes en el interior del país. Desde los momentos más difíciles de este gobierno, cuando el conflicto del campo arreciaba, que no se veía este apoyo sociodemográfico que acompañó a la gestión de Kirchner durante el período 2003-2007. En el terreno de las explicaciones vale la pena pensar que aquello que en los últimos tiempos fue una marcada debilidad para los Kirchner, tras la muerte de Néstor trastrocó en una sustancial fortaleza. Mucho se criticó su estilo (especialmente después de la 125), incluyendo su tendencia a confrontar, su pobre capacidad de diálogo y búsqueda de consenso. Tras su fallecimiento, la mayor parte de los argentinos le encontraron otro sentido a eso y comenzaron a decodificar a Kirchner como un hombre que nunca bajó sus banderas. Entonces, cuando tienen que evaluar esta gestión, no tienen tanto en cuenta los defectos de su estilo y rescatan los aspectos concretos.”

Estado de gracia

“Hay un estado de gracia del Gobierno –afirma Graciela Römer, de Römer y Asociados–. Aparece un sentimiento que tiene que ver con nuestra cultura y que es la solidaridad con la viudez y el dolor. El otro factor es que la desaparición física de un hombre que fue actor importante en la escena política debilitó a la oposición. La fragmentó y la desperfiló. Se puso en evidencia algo que ya veíamos, que la oposición se articulaba más como reactiva que como proactiva, era más anti-K que alternativa de un programa distinto. Yo creo que también el Gobierno toma conciencia de que es mejor reorientar la estrategia, en especial el vínculo con la clase media. La Presidenta, por ejemplo, dialoga con la Unión Industrial, busca conciliar al empresariado con la dirigencia gremial, se relativizó la demonización del FMI. Y me parece que se dieron cuenta de que les da más rédito que la estrategia anterior. De hecho, hay un aumento de 20 puntos en la aprobación de la gestión presidencial. Para mí, hay señales de cambio de discurso, aunque todavía falta ver si se producen cambios en la política concreta. De eso depende que el gran colchón de ventaja que hoy tiene Cristina Kirchner se consolide o se diluya.”
Para Artemio López, titular de la consultora Equis, los cambios de este mes fueron rotundos. “En términos generales la opinión pública duplicó a nivel nacional la imagen positiva de Cristina Kirchner, llevándola al 60 por ciento. Se reconfiguró, además, el escenario electoral que mantiene la misma arquitectura que en 2007, previo a la crisis de la 125. Cristina Kirchner, con el 46 por ciento de los votos, gana en primera vuelta. La segunda minoría está en manos de Ricardo Alfonsín con el 17 por ciento y, como dato significativo, hay una desaparición electoral de Elisa Carrió que obtuvo en 2007 algo más de 4.500.000 votos y hoy proyecta sólo un cuatro por ciento de intención de voto a nivel nacional y sigue en caída.”

Esto ya venía

“La opinión pública desde hace un mes acentuó una tendencia que venía ocurriendo desde hace meses: la recuperación de la imagen presidencial y la intención de voto de Cristina Kirchner –afirma Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados–. Muy rápidamente, Cristina accedió a los valores actuales con una imagen positiva de un poco menos del 70 por ciento (incluye el regular bueno) y con una intención de voto que la coloca ganando en primera vuelta. Hoy, el reconocimiento colectivo para Néstor Kirchner supera por unos puntos aquella cifra. Algo que contribuyó a este cambio de ritmo fue la difusión de imágenes de las exequias que mostraron la congoja popular y la gran presencia de jóvenes. Se produjo una identificación y una toma de conciencia respecto de un gobierno que produce ante una oposición improductiva. El futuro siempre tiene una gran dosis de incertidumbre, pero puede estimarse que una vez comenzada la campaña electoral los porcentajes se ajustarán hacia abajo. Pero el Gobierno tiene una enorme ventaja, desde la gestión, para sostener que las cifras contundentes de hoy se manifiesten en las urnas.

Continuidad

“Algunos dicen que la imagen de la Presidenta subió por la viudez. Yo no lo veo así –sostiene Carlos Fara, de Fara y Asociados–. Me parece que se percibe la fuerza de su liderazgo, pero sobre todo se empieza a hablar de que se necesita continuidad del proyecto. A esto hay que sumarle la imagen muy negativa que tiene la oposición. Estos elementos, según creo, van a seguir así durante todo el verano.”

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