domingo, 22 de abril de 2012

a la gente no le interesa la politica barata

el conflicto en españa
Más risas que bronca con el último chiste de argentinos

Un grupo de jóvenes inmigrantes consultó ayer en Madrid la opinión de los españoles sobre la expropiación a Repsol. Cede el resentimiento que empujó Rajoy.
 Por Hebe Schmidt

Lo importante. Festejos previos al partido de un madridista disfrazado de Cristiano Ronaldo y otro como Messi, junto a Alan un encuestador.

Desde Madrid
 Desde que se conocieron las primeras noticias sobre la posible estatización de YPF por el Gobierno argentino a la española Repsol, y luego su expropiación de hecho, cierto clima de animadversión se generó en torno al colectivo argentino residente en la península ibérica. Este clima se vio expresado, claramente, en los comentarios volcados en diversos foros y, en especial, al pie de las noticias. También en hechos aislados, pero no por ello menos vandálicos, como las pintadas hechas a la vidriera del negocio Gusto Argentino en A Coruña, y la prohibición de entrar a ciudadanos argentinos a un bar en Sevilla. Incluso, la Cadena SER (Prisa), la más escuchada en España, le dedicó tiempo al tema de la animosidad hacia los argentinos, en su segmento vespertino La Ventana, conducido por Gemma Nierga.

Sin ir más lejos, el pasado lunes por la mañana, se escucharon en la RNE (Radio Nacional de España), pagada por todos los contribuyentes, en boca de un cómico con un tono despreciativo y burlón, frases como las que siguen: “Los argentinos hablan tan rápido que no se les entiende nada”; “En España vivía un jugador de fútbol, su novia era modelo, luego se dio cuenta de que era transexual, se volvieron a Argentina y ella fue presidenta. Se llama Cristina”, a lo cual el conductor le replicó por lo bajo: “esto, traerá quejas”, para finalizar diciendo: “¿Calamaro? Vuélvete, Calamaro”. Esta última, es una de las frases que muchos inmigrantes de diversas nacionalidades identifican como más hirientes y escuchadas en España.

Lo cierto, es que la construcción de la expropiación de las acciones de Repsol en YPF, esgrimida por gran parte de los medios ibéricos y por el propio gobierno de Mariano Rajoy, fue presentada como un conflicto entre ambos países. Términos como expolio, robo, amenaza e inseguridad jurídica fueron utilizados con generosidad en la construcción noticiosa frente a la evidente falta de análisis y escasas líneas dedicadas, específicamente, al cumplimiento de las pautas de inversión, la problemática del déficit de hidrocarburos en la Argentina y el papel de Repsol que en ello cabe. ¿El resultado? Una confusión de dimensiones desproporcionadas en el imaginario del público.

Sólo a mediados de semana, comenzaron a circular discursos que aluden a Repsol como una empresa que no es pública, que está conformada en un 50% por capitales foráneos y que tributa nimiamente en España. Este tipo de información, también comenzó a verse reflejada en los foros y traspuesta en la calle en la voz de los ciudadanos de a pie, conjuntamente con las alusiones a “la agitación de falsos patriotismos” enarbolados como “cortinas de humo” para tapar las onerosas escapadas del rey a cazar elefantes”, “los ajustazos en educación y salud”, y la supuesta “implicación del rey y la infanta Cristina en el caso Noos”, de la que se da cuenta en los mails de Diego Torres, ex socio de Iñaki Urdangarín.

“La manera en que los medios han informado sobre el conflicto, no genera cohesión social y no ayuda en nada a la convivencia”, explica la española Raquel Frescó, experta en temáticas migratorias.

En este marco, PERFIL convocó ayer a un grupo de jóvenes argentinos criados en España, hijos de familias que emigraron en 2000 y 2001, que indagaron a pie de calle, qué saben los españoles acerca del conflicto YPF y en qué nivel afecta la relación con los ciudadanos argentinos residentes aquí.

La voz de Madrid. “Escuché, pero no sé nada, a mí pregúntame por el Cholo (Simeone); un grande”, dice el cordobés Pedro Budia, de paso por Sol, la plaza céntrica (28). “Ni los argentinos ni nosotros tenemos la culpa de lo que está pasando entre nuestros gobiernos. Eso no debería afectar a la relación, ahora he quedado con una amiga argentina, claro que cuando la veo le doy el coñazo (la molesto) con la expropiación, pero en plan broma”, agrega José Carlos Córdoba (27), otro oriundo de la provincia de Córdoba, en España.

“Da igual, quedaros con YPF, que más da. Nosotros os expropiaremos a Messi, a Darín y a La Vaca Argentina (un restaurante donde se comen los mejores cortes argentinos)”, dijo Gema Basté (45), una catalana de paseo por Madrid.Para María del Carmen (69), una jubilada alicantina que recorre Sol, con dos amigas, “vuestro gobierno nos quiere quitar parte de nuestra petrolera. Y eso está muy mal, aunque con vosotros no es el problema”.

“La expropiación de YPF es penosa, injusta y discriminatoria, puesto que es una empresa española”, explica Vicente López (47), oriundo de Alicante y de paseo por la capital española. “La culpa la tiene La Cámpora, que está enquistada en el Gobierno. Pero nada tiene que ver con los argentinos de a pie. Conozco muy bien porque tengo familia en Mendoza”, agrega.

Para el madrileño Roberto Sanz (68), “vuestro gobierno nos ha quitado YPF. Habría que enviaros dos buques cargados de desempleados para les deis de comer allí”.

Para Jorge Alberto González (76), “Menem regaló (YPF). Y esta Presidenta tuvo los cojones para recuperarla. Que no os queden dudas: es vuestra”.

Shaila Muñoz, aclara: “soy gata, gata (nacida en Madrid, e hija de madrileños)”. Para ella, la expropiación de YPF debería ser “una cuestión política, entre los dos países pero no debería afectar la convivencia. Igual no os preocupéis que aquí os queremos, y nos encanta como habláis”.

En tanto, Chema González (37) cree que “el problema es político, lo que sucede es que los medios nos venden que es entre España y la Argentina; dicen cualquier cosa. ¿Qué es una empresa privada? ¿Qué sus dueños son los mismos bancos que nos pusieron la soga al cuello con las hipotecas y los americanos? Todos lo sabemos”.

“Cuando escuché la noticia agarré la camiseta y la besé así de fuerte”, dice con emoción Rubén Darío Bagliani, el campeón europeo de Jiu Jitsu, que pasaba por Sol rumbo a la escuela donde da clases, y no quiso perderse la foto.

 

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