jueves, 30 de agosto de 2012

El día que Aníbal Fernández estuvo con los hermanos Di Zeo en la cárcel

Fue en abril de 2008, cuando era ministro de Justicia. Los barras estaban detenidos por los incidentes durante un amistoso con Chacarita.
El 4 de abril de 2008, cuando era ministro de Justicia, Aníbal Fernández dialogó amablemente con los hermanos Di Zeo
El 4 de abril de 2008, cuando era ministro de Justicia, Aníbal Fernández dialogó amablemente con los hermanos Di Zeo

         

Política y barras, un combo que sigue intacto y que nadie se anima a modificar. Al igual que ocurrió con el vicepresidente Amado Boudou cuando se fotografió en una peña con Cristian Favale, el barra acusado de matar a Mariano Ferreyra, el ahora senador Aníbal Fernández tiene de que avergonzarse. En abril de 2008, cuando era ministro de Justicia, dialogó amablemente con los hermanos Di Zeo, como se en la foto a la que accedió Clarín.com. El encuentro se dio durante una recorrida del por entonces poderoso ministro en la cárcel de Ezeiza. A diferencia del caso de Boudou, Aníbal sabía con quien estaba hablando.


Rafael Di Zeo había sido detenido en diciembre de 2003, por los incidentes en la cancha de Boca durante un amistoso con Chacarita, en 1999. Ese día, La 12 golpeó y atacó con navajas y palos a los hinchas visitantes y hubo 14 heridos. El ex jefe de la barra fue condenado en 2005 por esos hechos a cuatro años y tres meses de prisión. En 2009, un año después de la foto con Fernández, y ante el escándalo público, un juez de juez de Ejecución le quitó el beneficio para ir a trabajar a un estudio jurídico. Finalmente, en mayo de 2010, recuperó su libertad.


Según reflejaron las crónicas de aquel 4 de abril de 2008, Fernández recorrió durante dos horas el Complejo Penitenciario Federal Nº 1 de Ezeiza. Estuvo en los talleres de trabajo, la administración, el hospital y observó los distintos pabellones. El diálogo con los hermanos Di Zeo duró varios minutos. "Al final se saludaron con una fuerte abrazo y un beso", recordó un penitenciario que fue testigo del hecho. La misma fuente recordó que tiempo antes había llegado la orden de no trasladar a los cabecillas de la barra a otro penal, tal como querían los Di Zeo.

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