domingo, 23 de septiembre de 2012

del blog de artemio

9/23/2012

voto juvenil optativo u obligatorio?


Es un debate lateral pero igualmente muy importante, frente al gran tema de ampliación de derechos, sin embargo vale para instalar una reflexión. Pareciera ser ya que el voto de los ciudadanos de 16 y 17 años sera optativo. Estamos en contra desde Ramble por motivos muy específicos, más allá de los formalismos legales.

La optatividad supone en el país una discriminación positiva. Si se analiza el comportamiento estructural del ausentismo electoral en el país en una serie larga, notarán que son los ciudadanos residentes en las provincias más pobres y en ellas los segmentos más postergados los que menos concurren a votar.

Es una tendencia de los segmentos vulnerables el retiro de la participación ciudadana. Son los ciudadanos de clases medias y altas mejor informados los que normalmente sienten mayores motivaciones autopercibidas para concurrir a votar.

La finalidad del sistema de obligatoriedad y universalidad está en desandar este ciclo de a menor Nivel Económico Social , menor conciurrencia a las urnas. La optatividad refuerza esta tendencia degradante que debe limitarse.

No es nuevo por otra parte el debate sobre la optatividad como mecanismo de discriminación.

En los prolegómenos del voto femenino, los argumentos opositores, además de la "manipulación" que supondría el voto de la mujer en favor de Perón, insistieron con la propuesta de Miguel Petruzzi avalada por los conservadores de instrumentar el voto optativo y hasta calificado ( con primaria completa) como modalidad de sobrerepresentación de la participación de mujeres de segmentois medios alto y altos .

Los argumentos esgrimidos en aquellos años fueron discriminatorios hoy suenan hasta brutales pero muestran bien aquello que quieremos discutir hoy sobre el voto de ciudadanos de 16 y 17 años.

En suma voto joven si, optatividad no, o al menos solo circunstancialmente, pero nunca como modalidad permanente.

contrastes


Eduardo Fidanza, de Poliarquía, considera que “la protesta del 13 de septiembre es un desafío para el Gobierno porque encierra un modo de construcción política propio del populismo. Si nos atenemos a los teóricos de este movimiento, como Laclau, detrás de las cacerolas hay una serie de demandas heterogéneas como frenar la inseguridad, liberar el dólar, cumplir con la actual Constitución, etc., que se vuelven equivalentes y se organizan en torno de consignas generales. A diferencia del populismo K, los cacerolazos no tienen liderazgo, pero están recogiendo la frustración que el Gobierno sembró en las clases medias”.

“¿Qué ocurrirá en adelante? Habrá que ver si surge una canalización política de la protesta o ésta queda en la fase actual, pre política. El Gobierno también tiene la palabra. Si niega la importancia con argumentos infantiles, provocará mayor reacción. Algunos argumentan que quienes protagonizaron el cacerolazo son ciudadanos que no votaron a CFK en octubre. Desde ya que eso tal vez sea válido para una mayoría de los que salieron a la calle ese día, pero yo creo que es probable que una franja del voto a CFK se haya manifestado el jueves 13. Es que en las encuestas se percibe que de octubre de 2011 hasta ahora bajó la imagen y el apoyo a la Presidenta y eso debió reflejarse también el 13. Algunos de esos que ya no ven tan bien a la Presidenta, es seguro que se sumaron.”

En otra orilla totalmente está Artemio López, el titular de Equis. López es categórico: “Yo diría que hay una caza en el zoológico. Los cacerolazos son producto de los convencidos. Se trata de segmentos relativamente acomodados que ya estuvieron en contra del oficialismo en 2011 y vuelven a expresar su descontento, esta vez más exacerbados por la escalada de la agenda de medios anti K , combinada con la frustración que imprime la improductividad de la actual dirigencia opositora”.

“La presencia de la agenda mediática opositora machacando sobre las demandas era nítida en el caceroleo del jueves 13 de septiembre, así como el rechazo explícito a la presencia de dirigencia opositora. Desde el punto de vista político-electoral nada nuevo bajo el sol. Vuelven y vuelven sobre temas que terminan teniendo poco impacto nacional, como el caso Schoklender o el cepo al dólar. Eso pega siempre sobre los mismos electores y, además, en los mismos lugares .

El impacto es predominantemente metropolitano, sin grandes réplicas nacionales, no altera la arquitectura de preferencias de octubre de 2011 y lo que hasta hoy logran es redundar entre los que ya estuvieron en la otra vereda del Gobierno en las elecciones. Las movilizaciones de las clases medias y medias altas porteñas residentes en el centro norte de la ciudad de Buenos Aires, con muy limitadas réplicas en el primer cordón del Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Córdoba capital, Salta capital y Mendoza capital , son la materialización en otra dimensión de este fenómeno de la redundancia de audiencias.”

“Por el contrario –redondea López–, la fortaleza relativa del oficialismo y la persistencia de la cacerola como ya anacrónico método de protesta es también el resultado de la estructura fragmentada de la oposición, que se profundiza con las eventuales candidaturas de Mauricio Macri y José Manuel de la Sota.

Ambas ofertas, ausentes en 2011, impactan sobre el 45,89 por ciento que ya no votó al Frente para la Victoria y siguen manteniendo el formato de archipiélago, o sea muchas islas, de la opción opositora. Insisto, no cambia nada del mapa electoral, el protagonismo cacerolo fue de los que ya no votaron a CFK.”

PD: Completo, acá y como siempre, en el justo medio , no hay nada

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