lunes, 29 de octubre de 2012

QUE RARO QUE EL COM ISARIO BARLETA NO SE HAYA EXPEDIDO SOBRE ESTE CASO,LLAMA LA ATENCION

Crisis institucional

Hay un vínculo "evidente" entre narcos y policías de Santa Fe, según una jueza

Para Laura Cosidoy, camarista federal de Rosario, "hay una guerra" entre oficiales "por el territorio y el poder"; dijo que hace años Tognoli le confesó que le habían pedido que "recaudara"
Por Gustavo Carabajal | LA NACION
ROSARIO.- "Perdí la cuenta de cuántas denuncias hice contra policías por enriquecimiento ilícito. También perdí la cuenta de cuántas denuncias surgieron a partir de sentencias que se dictaron en el tribunal en el que estoy para que se investigue la supuesta relación entre narcos y policías. Pero todo sigue igual, aunque me parece que esa vinculación nunca se dio de manera tan clara e impune como en la actualidad."
Así, la jueza Laura Inés Cosidoy, que integra el Tribunal Oral Federal N° 1, sostuvo que la relación entre policías y traficantes en Rosario se originó hace muchos años y se consolidó, de forma tal que el narcotráfico parecería estar enquistado en un sector de la hoy cuestionada fuerza de seguridad provincial.
En la charla con LA NACION realizada en su despacho, la magistrada concluyó que las guerras entre narcos por el manejo del negocio de la droga tienen su correlato en la propia policía. "Así como la hay entre los narcos, hay una guerra entre policías por el territorio y el poder", sostuvo.
También recordó un episodio que vivió precisamente con el ex comisario general Hugo Tognoli, actualmente detenido y acusado de ser supuesto partícipe necesario en un caso de tráfico de drogas.
"Hace cuatro años, Tognoli vino a verme cuando era jefe de la División Antidrogas en Rosario. Se lo notaba muy nervioso e inquieto. Parecía preocupado. Me confesó que sus jefes le habían exigido que recaudara para ellos. Entonces hice la denuncia ante la Dirección de Asuntos Internos, que, 24 horas después, inició un sumario", contó la magistrada.
"A raíz de esa investigación, Tognoli fue llamado a declarar, pero se desdijo de todo. En su declaración agregó que nunca lo habían presionado. Me quedé tranquila porque tenía testigos de lo que él había dicho. Poco tiempo después supe que intentó disculparse conmigo, pero no me interesaba", recordó la jueza.
A pesar de aquel incidente, Tognoli llegó a ser jefe de la policía de Santa Fe, hasta hace diez días, cuando se conoció la investigación realizada por la fiscal federal Liliana Bettiolo, que descubrió un mensaje de texto en el que un comisario mayor se refería a una presunta coima de 30.000 pesos que supuestamente se le debía pagar a Tognoli.

Veinte años de amenazas

En los últimos 20 años, Cosidoy recibió una decena de amenazas y sufrió al menos dos atentados en su casa por investigar la connivencia entre grupos de la policía santafecina y bandas de narcotraficantes.
El primer ataque fue en 1993, cuando estaba a cargo del Juzgado Federal N° 2. Se cree que lo sufrió por haber procesado a los jefes de tres bandas narcos y dictado la prisión preventiva de siete policías, entre ellos, un comisario inspector.
Una de las amenazas que recibió la magistrada en aquella época llegó mientras estaba en un programa de radio al que había sido invitada. La advertencia se concretó pocos meses después de que iniciara una investigación en la que puso al descubierto la supuesta complicidad de siete oficiales con dos importantes bandas de narcotraficantes que tenían como base Rosario.
"A pesar de todas las denuncias que hice, nada cambió. Creo que actualmente el panorama es más negro. Nunca había visto una relación tan abierta y evidente entre narcos y algunos uniformados. Antes se cuidaban más. Resulta evidente que si hay tanta oferta de droga a cualquier hora del día en cualquier lugar de Rosario es porque algunos uniformados cobran por mirar para otro lado. No son todos los policías, y quiero dejar a salvo la institución y a aquellos que forman parte de la fuerza por vocación y fueron desplazados por los malos policías", expresó la jueza.
Cosidoy lleva más de treinta años en la Justicia. Nació en Resistencia, Chaco, y llegó a Rosario en 1976, donde se hizo cargo de la única defensoría oficial ante los tribunales federales de esta ciudad.
Hace ocho años dejó de estar a cargo de un juzgado de instrucción, donde investigaba las denuncias que recibía sobre los lugares en los que se vendía droga y ordenaba operativos para desbaratar a las bandas de narcotraficantes, y pasó a desempeñarse como integrante de un tribunal oral federal.
"En esta función también me di cuenta de los casos de complicidad entre policías y narcos. No puede ser que los acusados que llegan a juicio oral siempre sean el último eslabón de la cadena de comercialización de drogas. La policía nunca trajo al jefe de uno de lo grupos de narcotraficantes que dominan la ciudad. Al contrario, acá llegaron el jubilado al que los narcos metieron en un búnker a despachar cocaína o la menor a la que, como no les servía de prostituta, la pusieron a vender droga", señaló Cosidoy.

Violencia en aumento

Desde hace un año, Rosario se ha convertido en escenario de una guerra entre distintas bandas de narcotraficantes que se disputan el control de un barrio para poder comercializar droga.
De la mano de los enfrentamientos aumentó notablemente la cantidad de homicidios. En lo que va del año hubo 139 asesinatos en esta ciudad. Según cifras oficiales, más de la mitad de esos homicidios fue producto de ajustes de cuentas.
"Así como hay guerras entre narcos por terreno y poder, está ocurriendo una guerra similar entre policías. Fíjese que nadie profundizó las investigaciones contra los policías por enriquecimiento ilícito, a pesar de todas las sospechas que existen", concluyó la magistrada.
  • LAURA INÉS COSIDOY
    Jueza Federal de Rosario
    "Si hay tanta oferta de droga es porque algunos agentes cobran por mirar para otro lado"

Un paquete "sospechoso"

  • El paquete con una sustancia blanca hallado en el auto de Carlos Ascaíni, el sospechoso que en 2009 habría usado una clave del ex jefe policial Hugo Tognoli para saber de quiénes eran los coches que lo seguían, no era cocaína sino una mezcla de azúcar, analgésicos y 4% de droga.

  • La justicia federal investigará ahora si algún policía cambió el paquete hallado en poder de Ascaíni el 9 de mayo pasado.

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