viernes, 26 de abril de 2013

LS BIZARRA

La reina Guillermina con el manto original.

La bizarra historia de la capa real, símbolo de la monarquía

El rey Guillermo Alejandro usará una Capa Real que no es más que una burda imitación de la original.

El flamante manto de terciopelo rojo forrado de armiño, una de las joyas más atesoradas por la Casa Real Holandesa, sólo se saca de una vitrina para el simbólico momento de la coronación.
Así sucederá el próximo 30 de abril, cuando le toque al príncipe Guillermo Alejandro de Orange jurar su cargo como Rey de Holanda usando esta simbólica capa (kroningsmantel, en holandés), símbolo del poder real.
Sin embargo, la capa -que vistió por última vez la reina Beatriz en 1980- y teóricamente realizada en Bruselas para la entronización de Guillermo I a principios del siglo XIX, no es más que una burda imitación de la original, confeccionada con terciopelo suizo y restos de armiño de abrigos usados.
Así lo reveló hace una década la escritora holandesa Dieuwke Grijpma en un libro que asegura que el modisto suizo Erwin Dolder supo ganarse la confianza de la entonces princesa Juliana (que le encargó el diseño del traje de su coronación) para luego robarlo y remplazarlo por otro.
Al parecer, Dolder no consideró procedente que el elegante vestido que usaría la reina holandesa combinara con ese “trozo de tela de terciopelo viejo” y le fabricó una capa nueva a la que cosió los 83 leones bordados en oro procedentes del original.
El manto original fue celosamente guardado sin que nadie se percatara del trueque, y acompañó al gran vividor Dolder cuando tuvo que marcharse de Holanda en 1956, acosado por grandes deudas.
En los círculos homosexuales de Basilea se cuenta que en los años sesenta, poco antes de su muerte, se dejaba ver frecuentemente usando la solemne capa de terciopelo rojo en clubes nocturnos, pero después se le perdió el rastro.

* Por Darío Silva D’Andrea

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