martes, 28 de mayo de 2013

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Las expectativas de la gente sobre la economía están en mínimos históricos

Economía
La inflación, el estancamiento del mercado laboral y la escalada del blue incidieron en el desplome, que, según los analistas, puede retraer el consumo
Sostener el relato sobre el buen desempeño de la economía parece ser una tarea cada vez más difícil de afrontar para el Gobierno: según un informe privado, desde el año 2001 las expectativas de la gente sobre la evolución de la situación macroeconómica en el corto plazo nunca habían sido tan bajas.
Una inflación que no cede , pese a las medidas oficiales para controlarla, una brecha entre el dólar blue y el oficial, que en este mes llegó a tocar el 100% , y un mercado laboral incapaz de dar espacio a quienes se lanzan a buscar un trabajo son algunas de las razones que explican la desconfianza de las personas sobre la evolución de la economía en los próximos meses.
Según los analistas, el deterioro en las expectativas puede derivar en una retracción del consumo, variable que ha sido el motor del crecimiento en la década kirchnerista.
En mayo, el índice de confianza del consumidor (ICC), que calcula el Centro de Investigación en Finanzas (CIF), de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), registró una caída de 5,5 por ciento frente a abril y de 10,3 por ciento respecto de mayo de 2012.
El informe sobre el ICC señala que hubo bajas en dos de los tres subíndices que lo componen (situación macroeconómica, situación económica personal y disposición a comprar bienes durables), y añade: "Las expectativas acerca de la situación macroeconómica de corto plazo caen 17,5 por ciento y alcanzan su nivel más bajo de la serie [que, para la medición nacional, presentó sus primeros resultados en marzo de 2001]".
Para medir las expectativas sobre la situación económica en el corto plazo, el CIF pregunta a los encuestados: "¿Cómo cree que será la situación económica del país dentro de un año: mejor, igual o peor que la actual?". Las respuestas están lejos de ser favorables: el índice no sólo presentó una baja de 17,5% frente al mes anterior, sino que también se contrajo 23,8% frente a mayo de 2012.

Un dato llamativo es que la caída fue especialmente pronunciada en los sectores de ingresos bajos (-23,2 por ciento mensual y -29,5 por ciento anual). Acaso la presidenta Cristina Kirchner apuró el anuncio sobre los aumentos en las asignaciones familiares, la semana pasada, luego de conocer ese dato.
Para el director del CIF, Guido Sandleris, el deterioro en las expectativas sobre la evolución de la economía puede estar relacionado con diversos temas. Por un lado, la gente cree que los precios, pese al congelamiento dispuesto por el Gobierno (y que ahora se limita a 500 productos), van a seguir subiendo. De hecho, según otra encuesta del CIF, las expectativas de inflación para los próximos doce meses se mantienen en su máximo histórico de 30 por ciento. Sandleris también mencionó las fuertes fluctuaciones que mostró este mes el tipo de cambio paralelo. "El blue estuvo mucho en la mente de la gente", dijo, y añadió que la creciente brecha cambiaria puede haber influido en la leve recuperación del subíndice de compra de bienes durables. Es que muchos de esos bienes (autos, por ejemplo) se importan al tipo de cambio oficial y, por eso, además de constituir una alternativa para preservar el valor de los ahorros, se tiene la percepción de que están baratos.
Sandleris también advirtió, sin embargo, que una baja fuerte en la confianza de los consumidores puede traducirse en una contracción del consumo. Más aún en un año como éste, en el que las paritarias se han retrasado y, por lo tanto, muchas personas han debido enfrentar "precios nuevos con salarios viejos".
El economista jefe de Elypsis, Luciano Cohan, también destacó el impacto negativo que una baja en las expectativas sobre la situación económica puede tener en el comportamiento de los consumidores. "Las perspectivas para el consumo no son muy buenas, la falta de confianza se traduce en comportamientos más precautorios", dijo, y resaltó que el consumo ha sido el principal impulsor del crecimiento en los últimos años.
Semanas atrás, el índice general de expectativas económicas (IGEE), de la Universidad Católica Argentina (UCA), había registrado su mayor baja en cuatro años. Ese índice, cuyas encuestas se llevaron a cabo entre el 19 y el 24 de abril, es decir, tres semanas antes que las del CIF, también muestra un importante deterioro en las expectativas sobre la evolución macroeconómica en el corto plazo.
En este caso, sin embargo, no se consulta sobre lo que la gente cree que ocurrirá dentro de un año, sino en los próximos seis meses. En abril de 2012, el 31 por ciento de los encuestados creía que la situación iba a mejorar. Un año después, los optimistas eran apenas el 19 por ciento. En tanto, quienes creen que la situación empeorará pasaron de 24 a 34 por ciento.
El informe de la UCA, además, refleja la preocupación de la gente sobre la situación laboral. Entre abril de 2012 y el mismo mes de este año, aumentó la cantidad de personas que creen que actualmente hay pocos o muy pocos puestos de trabajo; la suba fue aun mayor entre quienes piensan que en los próximos seis meses las vacantes serán incluso menos.
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) corroboró estas percepciones al reconocer que en el primer trimestre del año subieron la desocupación y la subocupación. Según las cifras oficiales, entre el primer trimestre de 2012 y el mismo período de este año, 188.000 personas ingresaron en el mercado laboral, pero apenas 9000 de ellas encontraron un trabajo a tiempo completo.
Según Cohan, las expectativas de las personas sobre la evolución de la economía dependen en buena parte de la facilidad que tengan para encontrar trabajo. El mercado laboral, añadió, se reactiva con cierto retraso frente a la actividad en general, que en abril dio algunas señales positivas (en el comercio exterior y en la producción de autos y cemento), que, sin embargo, no constituyen aún una tendencia.

Consumidores preocupados

  • Un ambiente pesimista
    Las expectativas sobre la evolución de la economía están en su nivel más bajo, según una encuesta de la Universidad Di Tella

  • Varios nubarrones
    La desconfianza, según los analistas, está asociada con la inflación, la suba del blue y las dificultades para encontrar trabajo

  • Impacto en el consumo
    Una baja en la confianza puede hacer que los consumidores se comporten de manera más precavida
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Del editor: qué significa .
Inflación, desempleo en alza y falta de dólares derivan, casi naturalmente, en pesimismo de los consumidores. Señales que el Gobierno debería atender

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